Quienes trabajamos con empresas familiares en distintos contextos sabemos el desafío que representa llevarlas adelante. Algunas, muy bien gestionadas, logran sobrellevar todos los problemas propios de la dinámica impuesta por el parentesco, mientras que muchas quedan en el camino.
Más allá del esfuerzo, la dedicación y la expectativa sobre cómo deberían ser las cosas, la realidad es que liderar y hacer crecer este tipo de empresas es sumamente dificultoso; más, cuando se presentan divisiones en la familia, recambio generacional en la conducción, o crisis de cualquier tipo, que pueden tener su origen en el vínculo o en el negocio.
En las empresas familiares todo influye, puesto que existe una carga emotiva nacida al amparo de la historia en común. Muchas veces, es justamente esto lo que interfiere en la toma de decisiones y les impide crecer.
Del ensayo y error de millones de empresas familiares surgen estos consejos que pueden ayudar para enmarcarlas …
Fuente El Cronista Daniel Colombo (Master Coach)
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