Las organizaciones atraviesan en la actualidad procesos de cambio estructurales. Junto con la digitalización y la zigzagueante situación económica, se encuentran frente a un escenario laboral único en el que convergen cuatro generaciones: Baby Boomers, Generación X, Millennials y Centenials. Esta diversidad puede significar una dificultad o una inestimable ventaja, dependiendo de cómo se la administre.
Los Baby Boomers, que tienen entre 50 y 68 años, fueron los primeros en familiarizarse con la computadora como herramienta de trabajo. Comprometidos con su vida profesional, le dedican muchas horas y valoran el status. Trabajan bien en equipo, sobre todo como mentores, lo que fomenta su gratificación y autoridad.
La mayoría de los líderes y gerentes pertenecen a la Generación X, que van entre los 36 y 49 años aproximadamente. Marcados por la llegada de Internet, son los más adaptables al cambio. Necesitan independencia, actúan con pragmatismo, estabilidad y se motivan a sí mismos.
Los Millennials son la generación más observada actualmente, ya que revolucionaron las áreas de Recursos Humanos y representan el presente del mercado laboral. Tienen entre 18 y 35 años, son digitales, altamente sociables y demandan colaboración y flexibilidad.
Por último, la fuerza de trabajo del futuro: los Centenials. Son menores de 18 años, emprendedores, autodidactas y mucho más críticos. La inmediatez y la globalización son sus características innatas.
Cristina Minolli, directora del Departamento de Recursos Humanos de UCEMA, evalúa que cerca del 60% de la fuerza laboral corresponde a generaciones anteriores a los Millennials, que son los que integran el 40% restante. El desafío está en que ambos colectivos se entiendan: “Un primer paso en las empresas es realizar talleres trabajando aquellos motivos que los impulsan. La creatividad de los Millennials es muy requerida, así como la flexibilidad, adaptabilidad y proactividad que poseen, pero carecen de la estructura que sí aportan las generaciones anteriores. Cada una tiene valores y aptitudes distintas que añadir”.
Lograr una sinergia requiere de acercamientos, proyectos colaborativos, planes de mentoreo, capacitaciones …
Fuente El Economista Diario | Por Sofía Alvarez Beroqui